dilluns, de juny 01, 2009

Roma, turifel

Una setmana de vacances a Roma. Per problemes de temps, un viatge poc preparat. No he pres notes ni puc escriure res d'interès, però sí que puc constatar haver experimentat la mateixa sensació que descrivia el gran Ferlosio després del seu primer viatge a Jerusalem, allò que ell anomenava l'«efecte turifel»:

Éste consiste en una especie de descrédito que va minando irremediablemente la autoridad de la presencia física de determinados «monumentos» mundialmente famosos cuando esa presencia es, por así decirlo, desgastada por el precedente de una indiscretamente inmoderada anticipación de representaciones iconográficas. Tan insistente repetición de esa imagen va educando —o más bien pervirtiendo— de tal manera la mirada a la instantánea inmediatez del reconocimiento, que el ojo acaba por identificar antes de ver. El ojo que identifica ya no ve; sustituye la antigua percepción de algo por su identificación, trueca la imagen en mera identidad; y toda identidad es redundante: un símbolo que sólo se simboliza ya a sí mismo. Cientos o miles de fotografías de la Torre Eiffel (por no hablar de su reproducción metálica de bulto —huelga decir que a escala reducida—, que no sólo era, al menos en mis tiempos, el impepinable souvenir de París, sino también el protodinasta o arquetipo de todos los souvenirs del mundo) vistas antes del primer viaje a París se interpondrán de manera tan obstructiva en la mirada que menoscabarán en cierto modo hasta la convicción empírica de tenerla por fin físicamente delante de los ojos.